Académicos de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI lideran proyecto de reutilización de baterías
29 de enero de 2025
Un equipo de académicos de la Facultad de Ingeniería y Ciencias conformado por los profesores Carlos Silva, Bernardo Severino, Luis Gutiérrez y Felipe Larraín, se adjudicó una licitación en la primera convocatoria de «Desafíos de I+D» de CORFO, en colaboración con la Corporación Atamos Tec, la Universidad de Nottingham, el Instituto Francés de Investigación y Desarrollo Cea Liten, y la Universidad de Antofagasta. El proyecto busca reutilizar baterías de vehículos eléctricos para almacenar energía en sistemas estacionarios, compensando la variabilidad de fuentes renovables variables en plantas de generación de electricidad. Esta iniciativa se enmarca en los esfuerzos del país por avanzar hacia una transición energética sostenible y el desarrollo de una economía circular.
El proyecto propone dar una segunda vida útil a las baterías usadas, extendiendo su funcionalidad para sistemas de almacenamiento energético. “Nuestro país avanza hacia una matriz energética más limpia, pero esto también plantea desafíos, como el aumento en la demanda de electricidad y el manejo de residuos como las baterías de vehículos eléctricos”, explica Bernardo Severino. “Reutilizar estas baterías no solo ayuda a reducir emisiones, sino que también fomenta la innovación tecnológica y refuerza el liderazgo de Chile en la descarbonización”.
Innovación para un futuro sostenible
Este proyecto aborda dos problemas principales: el desecho potencial de baterías usadas y los altos costos de integrar energías renovables. “La reutilización de baterías para almacenamiento estacionario es factible desde el punto de vista técnico. En este contexto, nuestro proyecto busca generar un ecosistema industrial de valor agregado que aproveche las baterías usadas de vehículos eléctricos para desarrollar sistemas de almacenamiento diseñados para mejorar la rentabilidad de proyectos de generación solar y eólica”, comenta Severino.
En el plano ambiental, esta innovación evita que las baterías terminen en vertederos, fomentando la economía circular. En el ámbito económico, promete generar un ecosistema industrial que abrirá nuevas oportunidades de empleo especializado y desarrollo tecnológico. Severino explica: “Estamos contribuyendo tanto al desarrollo industrial de Chile como a una transición energética exitosa en términos de costos y seguridad”.
Desafíos y aprendizajes
Implementar esta innovadora iniciativa no está exento de retos. Entre los principales desafíos se encuentran la heterogeneidad de las baterías, la necesidad de normativas claras y la competencia internacional. Sin embargo, el equipo confía en superar estos obstáculos mediante innovaciones en procesos de reutilización y la adaptación de buenas prácticas internacionales al contexto chileno.
En cuanto a los hitos clave, el equipo destaca dos pasos fundamentales: demostrar la viabilidad tecnológica y asegurar la competitividad económica.
El primero de ellos tiene como principal desafío el desarrollo de una cadena de valor robusta, donde se puedan identificar las baterías con potencial para ser reutilizadas, almacenarlas, reacondicionarlas y monitorear su desempeño. “Lograr esto, incluso a escala de laboratorio y siguiendo procesos rigurosos, será un gran paso para el proyecto”, explica Bernardo Severino.
El segundo hito está relacionado con garantizar que las baterías entregadas por el equipo sean competitivas tanto en costo como en confiabilidad frente a las baterías nuevas. “Basándonos en experiencias internacionales, creemos que existe un espacio para una oferta atractiva, pero esto debe demostrarse mediante proyectos piloto que permitan evaluar costos de inversión y operación”, agrega el equipo.
La experiencia internacional
El equipo explica que existe experiencia internacional en proyectos de este tipo, y las iniciativas han tenido resultados positivos. Muchas de estas iniciativas son lideradas por empresas que fabrican vehículos eléctricos, creando un círculo virtuoso en sus cadenas productivas.
Severino comenta: “Evaluar este tipo de iniciativas y otras experiencias internacionales forma parte de las actividades del proyecto. A través de este análisis, buscamos identificar aprendizajes y buenas prácticas que puedan adaptarse a nuestro contexto”.
Un paso importante hacia la transición energética
El impacto esperado de este proyecto es significativo. En palabras de Severino, “reutilizar baterías de segunda vida para integrar generación solar y eólica contribuye a reducir las emisiones de CO2 y fomenta la economía circular, evitando que estos dispositivos terminen en vertederos y extendiendo su uso antes del reciclaje final”. Este esfuerzo reafirma el compromiso de la Universidad Adolfo Ibáñez con la innovación y la sostenibilidad.
Si bien el proyecto está recién comenzando, se espera que su desarrollo pueda ser un gran aporte al crecimiento y sostenibilidad de la industria de matrices energética más limpia en el país.