Luego de ver cómo la temperatura de las oficinas donde trabaja después de que instalaron láminas de control solar, la asistente administrativa Soledad Pizarro decidió a poner en dos ventanales de su living.

“Desde las 12:30 hasta las 17 teníamos el sol pegado. Nos teníamos que ira la cocina”, cuenta.

Gastó $200.000. Ya casi no prende el aire acondicionado y puede pasar las tardes de verano viendo una película con los niños en el sofá.

Pedro Abarza cuenta que prácticamente se cocinaba en el segundo piso de su casa en Chicureo, donde tiene la pieza matrimonial y su oficina. El termómetro le marcaba hasta 34%C al interior. Desembolsó $800.000 para instalar 12 metros cuadrados de láminas en casi todo el termopanel de las ventanas del segundo piso y algunas del primero. Eligió el modelo que rechaza 60% de la energía solar.

“Se demoraron dos horas en instalar la lámina, que va por dentro de la ventana, y el efecto fue inmediato. El termómetro bajó entre 5°C a 7°C y ahora está a unos 27°C. La casa se siente la casa más fresca”, describe.

Hay completamente transparentes y hasta polarizadas. Y en invierno ayudan a mantener la temperatura dentro de la casa.

Destaca que por dentro prácticamente nose nota y por fuera, las ventanas tienen un tono verde azulado muy tenue. A él no le molesta.

Maurizio Biseo, gerente de Euroglass.cl, la empresa que instaló estas láminas de control solar, cuenta que es una solución que se usa mucho en empresas, pero que poco a poco se está extendiendo al segmento habitacional.

“Las láminas todavía no están en los top 5 de las cosas que cotiza para enfrentar el calor”, asegura.

Crece su uso porque también funcionan en invierno.

“En verano ayudan a reducir el gasto en aire acondicionado y en invierno reduce la fuga de calor a través de los vidrios”, destaca Sergio Herrera, gerente comercial de la empresa de instalación Blinser.cl

La particularidad de estas láminas es que miden cerca de 2 micras, es decir 0,002 milímetros, se pueden usar en cualquier grosor de vidrio o termopanel. Existen diferentes versiones: transparentes, mate y tipo espejo o polarizadas cuando no quiere que se vea desde afuera lo que ocurre adentro.

Biseo dice que esta tecnología pueden rechazar hasta 80% la energía térmica del sol, dependiendo del tipo de vidrio, y hasta 95% de la luz visible, sin perder la luminosidad del lugar.

Ileana Hernández, ingeniera de Aplicaciones de la división Soluciones Comerciales de 3M Cono Sur, cuenta que las láminas de la marca también rechazan más de 99% de energía ultravioleta,

“Es uno de los factores claves en la decoloración de los pigmentos de alfombras, muebles u obras de arte. El 40% de la decoloración es debido a los rayos UV”, destaca la ejecutiva de la empresa que obtuvo la primera patente de una lámina en 1966.

Múltiples capas

Es un producto pequeño, pero de gran funcionalidad gracias a los materiales que ocupan, dice Patrick Spencer, arquitecto, consultor en arquitectura sustentable y docente de Arquitectura de la Universidad Andrés Bello, Las láminas actúan frente a las tres ondas electromagnéticas que emite el sol: la luz ultravioleta (que daña la piel), la luz visible (que ilumina) y la infrarroja, que es la genera el calor que uno siente.

“La lámina es un filme que tiene partículas microscópicas de elementos metálicos como el aluminio, que tiene una baja emisividad de energía. Está diseñado para absorber y rechazar o rebotar (en diferentes magnitudes) las ondas electromagnéticas que recibe. Puede devolver gran parte de la onda térmica y otras las puede dejar pasar”, dice.

Francisco Ramírez, doctor en ingeniería mecánica e investigador del Centro de Transición Energética (CENTRA) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, dice que la gran mayoría de las láminas está compuesta de capas ultradelgadas de metal, como la plata, intercaladas con plástico.

“A estas escalas (una micra), la capa metálica toma una apariencia transparente a la radiación visible, pero reflectante a la radiación solar térmica. El control de la radiación UV se logra agregando otros componentes, como el dióxido de titanio u otros óxidos metálicos”, detalla.

Spencer destaca que nunca un vidrio quedará 100% oscuro por la transparencia del vidrio.

Por metro cuadrado

La primera aproximación para saber el precio de las láminas es midiendo los vidrios de cada ventana. Biseo dice que cuesta, en promedio, $30,000 más IVA el metro cuadrado con instalación incluida.

“Un ventanal de 2,20 metros de alto por 2 metros de ancho cuesta del orden de $120.000 más IVA. Pasa harto que las personas quieren probar y ponen primero en el dormitorio y en el living. La factura promedio ronda los $250.000 a $300.000”, señala.

Herrera agrega que, en su caso, los valores van desde los $20.900 más IVA el metro cuadrado, incluyendo el suministro e instalación.

Además de la inversión, hay que estar atento a los cuidados de la lámina.

“Deben usarse limpiadores más bien neutros, que no sean con pH muy ácidos ni muy alcalinos. Tampoco usar fibras o esponjas que puedan rayar la película”, dice Hernández.

Biseo destaca que es mejor limpiarlos con un paño húmedo con agua para evitar la corrosión.

 

Gentileza Las Últimas Noticias.