Chile lidera la emisión de bonos verdes y sostenibles en América Latina y El Caribe, y está diseñando una ruta sostenible digna de imitar en la región. Es una de las conclusiones planteadas por el Emerging Market Green Bonds Report, informe desarrollado por la Corporación Financiera Internacional (IFC, por su sigla en inglés). organismo perteneciente al Banco Mundial.
El reporte fue publicado en junio de este año y destaca los US$ 17.800 millones en bonos sociales, US$ 7.700 millones en bonos verdes y US$ 5.500 millones en bonos sostenibles emitidos por Chile hasta hoy, Los expertos consideran que es una señal potente, especialmente para la región, considerando las urgencias impuestas por el cambio climático y su significativo impacto en la economía y en los sistemas financieros
Marcela Ponce, lider de Finanzas Climáticas en América Latina y El Caribe de IFC, señala que los esfuerzos de los países para reducir las emisiones deben multiplicarse hasta cinco veces para poder cumplir una de las metas más importantes del Acuerdo de Paris: evitar que el incremento de la temperatura media global del planeta supere los 2°C respecto a los niveles preindustriales y promover esfuerzos adicionales para que el calentamiento global no supere los 1,5°C. Y a su juicio, Chile está haciendo lo correcto en este desafiante escenario.
“Para cumplir con estos objetivos climáticos para 2030 y evitar los impactos más peligrosos del cambio climático, se requiere un aumento de al menos un 590% en el financiamiento anual para el clima. Chile ha venido liderando ese financiamiento verde desde el ámbito de las emisiones soberanas, lo cual sin duda no solo da una señal muy fuerte al mercado del compromiso del país, sino que es un ejemplo para la región y el mundo sobre como empezar a cerrar la brecha del financiamiento verde”, explica la experta.
La colocación de bonos verdes es un derivado del compromiso que el país adquirió frente a la descarbonización, y está mayormente asociada al financiamiento de proyectos de transporte público eléctrico, destaca Eduardo Bitran, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI). Eso, a sus ojos, hace que Chile tenga un liderazgo ‘indiscutido en materia sostenible y una reputación de cumplimiento que lo posiciona como un emisor confiable en lo referente al impacto de estas inversiones.
Ejemplo para otros mercados
Pero no solo eso. Sobre el liderazgo regional en estos temas, el también exvicepresidente de Corfo subraya que el país fue el primero en presentar la actualización de la Contribución Nacional Determinada (NDC) en 2020, el primero en aprobar una ley en que se ratifican los compromisos climáticos y asignan responsabilidades a diferentes niveles del Estado para lograr objetivos de mitigación, sumado a la velocidad con la que ha incorporado energías renovables como la solar y eólicas.
“Todos estos logros han consolidado la imagen de un país emergente líder en materia de acción climática”, recalca Bitran.
Marcela Ponce añade la importancia de la creación de la Mesa Público-Privada de Finanzas Verdes que lidera el Ministerio de Hacienda, y el carácter innovador de las emisiones verdes, desde 2019 con las primeras de la región, hasta su más reciente bono vinculado a la sostenibilidad (SLB, por su sigla en inglés), el primero en el mundo, por U$ 2 mil millones a 30 años.
“Estas emisiones han tenido resultados de alta demanda y han logrado una interesante diversificación de inversionistas, y eso se convierte en un gran ejemplo demostrativo para los mercados regionales y globales destaca Ponce.
Patricia Torres, Global Head de Sustainable Financial Solutions en Bloomberg, subraya que todo esto consolida un enfoque cohesivo frente al cambio climatico, en un país que trabaja en todo el sector energético en las políticas de transición, la emisión de deuda verde y, por si fuera poco, en una nueva taxonomía para guiar de mejor forma las inversiones sostenibles.
“Todo esto aporta credibilidad y confianza a inversionistas que buscan países que actúen de acuerdo con su compromiso de alcanzar el cero neto para 2050”, recalca Torres.
Para Bitran, los países de la región que han establecido NDC con compromisos de mitigación de GEl tienen una tarea pendiente, pero un camino ya trazado: “Deberían seguir el ejemplo de Chile diseñando una estrategia de financiamiento público y privado de proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático, junto con bonos de sustentabilidad que apoyen la estrategia global de descarbonización de su país”.