Tras los masivos y persistentes cortes en el suministro eléctrico, hay voces que han comenzado a considerar que más actores puedan entrar a la industria de la distribución y deje de actual como un monopolio natural.

Hasta el viernes, 60 mil clientes a nivel nacional seguían sin suministro eléctrico, según informó la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC). Esto, a más de una semana del temporal que azotó con vientos de hasta 125 kilómetros por hora a la zona centro-sur del país. En los últimos días tanto el Gobierno como la ciudadanía han apuntado sus dardos contra la industria. Enel y CGE han recibido duros cuestionamientos por las demoras, pero es la primera la que se ha llevado la peor parte.

Esto, porque el Ejecutivo inició un proceso de caducidad de su concesión, que en su primera etapa -la administrativa- le exige cumplir con ciertos plazos de resposición, lo que hasta ahora ha podido sobrellevar. La situación ha sido tensa y terminó por abrir un debate en torno al futuro de la industria. Hoy las distribuidoras, que están las ciudades, operan la red física y venden la energía a los clientes, pero funcionan como monopolio. Esto quiere decir, que las personas, por vivir en cierto sector, están obligadas a contratar la energía de la compañía que está en su ciudad.

No hay alternativa. Esa situación es la que ha comenzado a cuestionarse. ¿Podría introducirse competencia, con el objetivo de mejorar la calidad de los servicios? Los expertos lo ven como algo complejo, debido a las dificultades que implicaría avanzar a ese modelo y los costos que podría significar. ¿Se puede incorporar competencia? El senador Juan Luis Castro (PS), presidente de la Comisión de Minería y Energía del Senado, aseguró en Radio Universo que desde el Congreso intentarán avanzar en una reforma a la distribución. «Si usted vive en Ñuñoa, tiene a Enel sí o sí, no tiene más alternativa -explicó-. La competencia siempre ha sido buena. En la distribución hay monopolios. Independiente de la suerte de Enel, lo que importa es que el usuario pueda elegir un comercializador». Así, agregó que «la red, los postes, los cables van a ser los mismos, en propiedad de algunos, pero lo que pretendemos es que usted, viva en cualquier parte, tenga derecho a elegir comercializadores».

Claudio Seebach, ex presidente de Generadoras Chile y decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, sin embargo, dice que la competencia no es la solución. «No tiene ningún sentido físico ni tampoco económico llenar la ciudad con dos redes eléctricas. En la luz eléctrica la calidad de servicio viene dada por la calidad de los cables», comienza diciendo. Agrega, a eso, que «si tú pones competencia, en caso de que hayan dos empresas, las dos tendrían que desplegar el doble de redes y a cada uno le saldría la cuenta de la luz el doble de caro, porque cada red tendría que ser pagada por la mitad de los clientes. En la economía básica, física, no tiene ningún sentido la competencia». Destaca, además, que la comercialización ocurre en «la misma red». «El comercializador requiere de la red de cables y lo que nos falló ahora es la red de cables, no es que no hubiera producción», explica. El académico de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, Ronal Fischer también es escéptico con respecto a una medida como esta. «No -dice de entrada-. Son monopolios naturales. Competencia significaría que en una zona de concesión habrían dos (o más empresas) compitiendo , por lo que habría el doble de cables». En relación a la posibilidad de que solo se introduzca competencia en la comercialización, explica que «no ayuda con la seguridad del servicio». «Incluso si tuvieras dos empresas -agrega-, si los alambres se cuelgan de los mismos postes, la seguridad podría empeorar. Tendrían que tener postes por el otro lado de la calle, para que si se cae el árbol, sea menos probable que bote ambos postes. Pero el costo sería enorme, y lo tendrían que pagar los consumidores al final. No tiene sentido». Carlos Smith, docente investigador del CIES-UDD, cree, también que es más conveniente que una sola empresa se haga cargo. «Al final, más empresas tienen que tener la misma estructura de costos, pero con menos clientes cuando hay competencia, por lo tanto eso encarecería el costo y los precios que pagan los consumidores».

Sostiene, asimismo, que se podrían «tener medidores que permitan vender cierta cantidad de consumo que no utilizo, pero también genera mayor inversión y, por lo tanto, mayores costos. Hay que ver si estamos dispuestos a eso». Así, dice también que «son monopolios naturales, por ese lado no sería conveniente». Por último, añade: «Hay que fijar ciertos parámetros para clientes más chicos. Ahí el regulador lo que hace es actuar como si fueran uno solo. En ese nivel creo que es mejor que haya un ente regulador. Las condiciones de regulación son las que tienen que modernizarse». Esteban Viani, economista y académico de la Universidad Autónoma, en tanto, explica lo que a su juicio serían las dificultades para avanzar en una eventual competencia. «Para el caso de las empresas de telefonía móvil -dice- bastó un cambio en la ley y bastó una regulación un poco más laxa en el sentido de quién son las antenas, si se pueden arrendar las antenas, si se pueden arrendar las señales, entre otros. Para el caso de la energía eléctrica es un poco más difícil, porque quizás nosotros no podemos arrendar tendido eléctrico para tres empresas», explica. De todas formas, explica, lo ve como algo que se podría aplicar. En relación a los precios no es demasiado optimista. Dice, así que «sería algo más bien acotado, porque esto viene desde la generación de energía». De todos modos, Viani asegura que primero habría que «sentar las bases jurídicas y darle certeza a las empresas que vengan a competir, de que vamos a estar frente a una competencia justa, porque en muchos casos nosotros vemos que los postes de tendido eléctrico son efectivamente de la empresa que hoy está jugando en el mercado, que es Enel».

Gentileza Emol