Si bien Chile está lejos de tener la infraestructura de algunos países de Europa, en Latinoamérica es uno de los más avanzados. La tecnología y una normativa adecuada están ayudando al crecimiento de esta tendencia, que aún está muy concentrada en Santiago.

Según cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (Anac), se vendieron 354 vehículos 100% eléctricos, de enero a noviembre de 2023, y 941 a organizaciones (por ejemplo, para flotas) en el mismo período. Además, el gremio destacó en su último informe del mes pasado que existe un «desempeño positivo», reflejado en «la mejor venta acumulada anual de la historia de vehículos de cero y bajas emisiones».

La mayor concentración de estos autos está en Santiago, donde tam- bién se encuentra casi la mitad de los accesos de las cargas públicas del país. En total, en la capital hay 546 cargadores, lo que representa 756 conectores, de los cuales sólo un 25% son rápidos o mayores a 22 kilovatios (kW), según datos de la Superintendencia de Electricidad. y Combustibles (SEC) aportados por la Anac.

La cifra parece ínfima en relación con los instalados en países europeos como Francia y Alemania para 2022, donde se contabilizaron cerca de 74.000 y 64.000 cargadores lentos, de acuerdo con un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE). Pero comparado con Latinoamérica, el panorama cambia, y Chile está en una mejor posición con respecto a sus pares regionales.

«Los números de cargadores en Chile son razonables, con respecto a la flota de autos eléctricos disponibles en el país», dice Andrés Vergara, gerente general de la startup Voltera. No obstante, observa un foco de «incertidumbre» para los usuarios en la recarga rápida, donde cree que debería existir una mayor dotación o soluciones. «Somos importadores de petróleo, los autos eléctricos son confiables, más accesibles y fallan poco. Pero si no solucionamos el tema de la carga, estamos poniéndole una limitación grande a los vehículos», sostuvo.

Los datos entregados recientemente por la Anac son una muestra de que las personas en Chile están migrando a vehículos amigables con el medioambiente. En su informe, la asociación especificó que, aunque el mercado general de autos nuevos continúa débil, «en línea con la evolución económica del país», las inscripciones de vehículos propulsados con tecnología de cero y bajas emisiones (microhíbridos, híbridos convencionales, eléctricos, híbridos enchufables, vehículos eléctricos de rango extendido y de hidrógeno) siguió creciendo y registró un alza del 62,6%, con 1.153 unidades sólo durante el mes pasado.

Más allá de la instalación

Respecto a los puntos de carga, Luis Gutiérrez, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, asegura que los mayores desafios podrían estar en las grandes ciudades, especialmente en Santiago, debido a su alta densidad poblacional. Resalta, en este sentido, la creciente penetración de los automóviles eléctricos frente a la colocación de los cargadores, ya que si no se elevan al mismo ritmo se podría generar un déficit, en este caso de la infraestructura. Además, el experto alerta que ya «no basta con instalar muchos puntos de carga», porque con la actual tecnología se demora el proceso de recarga y también existe un desafío desde el punto de vista de las redes eléctricas que, en general, están saturadas. «Seguir instalando puntos de carga obliga a ir reforzando la red, y eso también es lento y costoso», acota el académico.

Por su parte, Felipe Donoso, gerente general de Enérgica City, cree que la infraestructura de carga en la vía pública para vehículos particulares es adecuada en el país: «Ahí no hay un déficit, aunque sí creo que hay una carencia de infraestructura de carga para vehículos livianos, pero a nivel privado como, por ejemplo, centros comerciales y oficinas. Debe existir un correcto balance entre la implementación de la carga en la vía pública, versus la particular y privada».

Como un ejemplo que se puede seguir refirió al Reino Unido, donde se impuso una obligación de implementar sistemas de carga en las viviendas y eso evita que las construcciones nuevas queden desprovistas de la nueva tecnología. Aunque señala que la normativa sobre electromovilidad chilena es «ordenada y robusta, aún faltan incentivos para destrabar esta barrera de implementación de carga a nivel residencial y de oficina».

En tanto, Andrés Barentín, presidente de la Asociación Gremial de Vehículos Eléctricos (AVEC), observa, en general, un crecimiento de los autos eléctricos y los puntos de carga armónico, y considera que «Chile está en buena posición» en este aspecto. Sin embargo, el jefe del gremio subraya que, en relación con el avance de los autos particulares, «el país no avanza rápido, sino relativamente lento»; lo que atribuye principalmente a los altos precios en el mercado. Sobre la infraestructura, observa un «problema un poco más grande en las regiones, en comparación con Santiago, porque existen menos cargadores».

En total, en Chile, hay más de 1.100 puntos de carga de acceso público, lo que sería uno cada cinco autos eléctricos. La mayoría, concentrados en Santiago.
Una empresa que conoce sobre este tema es Copec Voltex, que este año colocó en operación cerca de mil nuevos puntos de carga en todos los segmentos, entre ellos transporte público, minería e industria de la última milla, espacios públicos y hogares. «Desde nuestra mirada, todo indica que gran parte de la carga de vehículos eléctricos se realizará en casas y oficinas. Hoy, ya tenemos cientos de cargadores instalados en residencias, con tecnología inteligente, controlable, y con la que pueden manejar su potencia de forma automática, para no colapsar la red eléctrica. El desafío es dotar de soluciones energéticas integrales la oferta de electromovilidad», dice Andrea Castro, gerenta general de Copec Voltex. La ejecutiva valora las iniciativas de carácter regulatorio como la promulgación de la ley de almacenamiento y electromovilidad que, por ejemplo, permite que los vehículos eléctricos e híbridos queden exentos del pago del permiso de circulación, y que luego de unos años estos montos tengan una rebaja considerable. «O el trabajo que se está llevando a cabo con la ley de eficiencia energética, que busca que los distribuidores de vehículos puedan comenzar a traer un mayor número de vehículos eléctricos, lo que aumentará la oferta de este tipo de tecnología», sentencia.

 

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