Publicado por Revista Nueva Minería y Energía.

La falta de capacidad en transmisión eléctrica sumado al escaso avance en cuanto a la reforma contenida en la ley larga de distribución, son dos factores que mantienen en alerta a la industria.

El sistema de transmisión local tiene como principal desafío acelerar las inversiones para enfrentar el creciente ingreso de proyectos de generación renovable. De ahí que el fortalecimiento de este segmento sea clave para prevenir eventuales congestiones en algunas zonas del sistema, todo en medio de un complejo contexto que apunta a una posible crisis de suministro. Uno de los principales problemas que han alertado algunos especialistas del sector, como la actual directora ejecutiva de Acera (gremio que agrupa a las generadoras renovables), Ana Lía Rojas, son los vertimientos de energía limpia, debido precisamente a la falta de capacidad de transmisión. “A abril de 2022 hemos vertido 480 GW/h, lo que equivale a toda la energía vertida durante 2021. Entonces la pregunta es, ¿qué acciones estamos tomando hoy para tener un plan de gestión para estos vertimientos?”, advirtió la líder del gremio en un conversatorio organizado para debatir sobre el futuro de la industria y la transición energética. Acerca de este mismo tema, Javier Tapia, presidente de la Asociación de Transmisores, sostuvo que este tipo de desarrollos “lo planifica casi íntegramente el Estado, y lo que se tiene planificado a futuro son inversiones de alrededor de US$3 mil millones para los próximos 5 años”. “Se necesita que el Estado vaya diciendo qué líneas se necesitan, y qué infraestructura requerimos para tener una mejor salida de estas energías verdes. Entonces, la ayuda viene un poco por el lado estatal y ahí necesitamos “apurar un poco más el tranco”, expresó el ejecutivo. En relación a este último punto, cabe mencionar que los proyectos de transmisión si bien demoran aproximadamente 3 años, pueden tardar hasta 7 debido a aspectos de permisos.
Por su parte, el subsecretario de Energía, Julio Maturana, planteó que están en conversaciones con la Comisión Nacional de Energía (CNE) para abordar estas problemáticas. “El vertimiento está ocurriendo y va a seguir sucediendo, obviamente en determinadas magnitudes, pero lo que nosotros queremos es que ocurra en la menor magnitud posible (…). Se necesitan soluciones complejas, pues no tenemos toda la transmisión que quisiéramos tener, y se necesita una reorganización del despacho que no es fácil”, dijo.

DISTRIBUCIÓN ELÉCTRICA: MATERIA PENDIENTE
Otro de los segmentos que ha acaparado la atención de los actores de la industria es la distribución eléctrica, cuyo marco regulatorio actual se ha mantenido sin grandes cambios por casi 40 años, el cual, si bien fue eficiente para empujar la expansión de la cobertura del servicio, que era el desafío país al cual se orientaba entonces, ya no lo es para abordar los desafíos actuales del sector. En esta línea, el director del Centro de Transición Energética (Centra) de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Daniel Olivares, señala que el sector distribución ha operado en el último tiempo de manera reactiva a los problemas que se han presentado en materias de calidad de servicio, modernización de las redes, e integración de recursos energéticos distribuidos. “Dicha actitud reactiva no es de extrañar, ya que es estructural de nuestra regulación y tiene sus orígenes en el mecanismo de remuneración empleado en Chile y la falta de incentivos a la innovación”, explica. Es por esto que cree que los cambios regulatorios contenidos en el proyecto de ley de portabilidad favorecerían el desarrollo eficiente de los recursos distribuidos, incluyendo la generación, el almacenamiento distribuido, la respuesta de demanda, y otras formas de operación local coordinada. En su opinión, la ley permitiría el desarrollo de un ecosistema de innovación en torno a soluciones de suministro energético distribuido, incluyendo soluciones locales para mejorar la resiliencia del suministro eléctrico. “Los objetivos que persigue el proyecto de ley de portabilidad están muy alineados con el plan del Ministerio de Energía en materia de descentralización y democratización energética, sin embargo, no ha sido mencionado como una herramienta específica para su implementación”, afirma Olivares. Por su parte, el director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la U. Católica de Chile, Matías Negrete Pincetic, muestra su preocupación al señalar que se ven pocos avances en cuanto a la implementación de la reforma al sector, contenida en la ley larga de distribución. “Dado los plazos necesarios para cambios de esta naturaleza, espero que durante la actual administración se pueda comenzar a avanzar a la brevedad en la discusión legislativa y ejecución de esta reforma”, asevera. ¿Qué desafíos le deparan a este segmento? De acuerdo al investigador de Centra UAI, Daniel Olivares, uno de los retos tiene relación con la mejora de la confiabilidad de las redes y la incorporación del concepto de resiliencia en un contexto de adaptación al cambio climático. En tanto, Negrete Pincetic sostiene que este segmento ya está experimentando cambios tecnológicos importantes, lo que permitirá abordar temas de calidad de servicio, opciones para consumidores, sistemas más resilientes, sustentables y eficientes que contribuyan a la descarbonización de la matriz eléctrica en Chile. “Aprovechar estas oportunidades mediante la integración de nuevas tecnologías, manejo de datos e información, surgimiento de nuevos actores y modelos de negocios, entre otros elementos, requerirá una regulación adecuada. Por lo tanto, contar con un nuevo marco regulatorio para este segmento resulta crítico y urgente”, añade el académico.