Los objetivos de Chile son claros: el país busca ser carbono neutral para el año 2050 y en esa meta es clave ejecutar una transición energética que elimine las fuentes no renovables de la matriz local para dar paso a las energías limpias. ¿Vamos bien encaminados? Aquí, tres investigadores expertos en el tema analizan cuáles son los temas que se deben abordar para lograrlo.

El desafío de una transición justa en la descarbonización matriz energética de la matriz energetica

Por Cecilia Ibarra, Investigadora del centro de ciencia del clima y la resiliencia y académica de la facultad de gobierno de la Universidad de Chile.

Las consecuencias negativas del cambio climático afectan de manera desproporcionada a las personas más vulnerables. Impactos como sequías, inundaciones, olas de calor y pérdidas de borde costero son más duros para quienes no tienen alternativas para adaptarse. De igual forma, las medidas que se toman para la descarbonización pueden aumentar la inequidad, por ejemplo, cuando hay pérdida de fuentes de trabajo tradicionales al reemplazar un cultivo agricola por un parque solar.

Para que los cambios en pos de lograr la carbono neutralidad respeten la justicia climática deben asegurar la justa distribución de costos y beneficios y la participación de todas las personas involucradas en las decisiones que las afectan.

“Los procesos de transformación hacia una sociedad de menores emisiones de carbono pueden y deben cuidar los derechos humanos”.

Chile se comprometió a respetar los principios de equidad y justicia climática en su normativa nacional (articulo 2d de la  Ley Marco de Cambio Climático) y en sus planes de adaptación y mitigación. Además, propuso un pilar solidario en sus compromisos internacionales, incluyendo una transición justa en su Contribución Nacional Determinada (NDC).

Los procesos de transformación hacia una sociedad de menores emisiones de carbono pueden y deben cuidar los derechos humanos y las relaciones que fortalezcan la democracia y disminuyan la Inequidad.

Desafios y oportunidades para avanzar hacia a un sistema energético carbono neutral

Por Daniel Olivares, Director del Centro de Transición Energética (CENTRA-UAI) y académico de la facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Chile cuenta con un potencial de generación solar envidiable en gran parte de su territorio, incluyendo las ciudades más pobladas del país, y un potencial de generación eólica que alcanza los 126 GW en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena. Sin restar mérito a los esfuerzos de politica pública, no es de sorprender que Chile haya avanzado aceleradamente en la descarbonización del sector eléctrico por iniciativa privada.

“El éxito de las estrategias nacionales de electromovilidad e hidrógeno verde tiene hidrógeno tiene el potencial de reducir nuestra demanda por combustibles fósiles”.

Sin embargo, el sector eléctrico es solo una parte del problema, representando cerca del 22% del consumo energético del país. Para mantener el paso acelerado en la descarbonización es de gran relevancia traducir nuestro potencial renovable en reducción de emisiones de la matriz energética completa. El éxito de las estrategias nacionales de electromovilidad e hidrógeno verde tiene el potencial de reducir significativamente nuestra demanda por combustibles fósiles e incrementar nuestro potencial exportador de energías limpias.

A lo anterior se deben sumar esfuerzos de electrificación de la demanda industrial y la eliminación de barreras estructurales al desarrollo de los recursos energéticos distribuidos, que ofrecen un tremendo potencial de desarrollo eficiente, sostenible y resiliente para nuestro país, pero que requieren una reforma integral al segmento de distribución eléctrica.

Necesitamos acelerar el ritmo

Por María Teresa Cerda, Subdirectora Fraunhoffer Chile y Centro de Tecnologías para energía solar.

Chile lleva 14 años de sequía, pero como es noticia todos los años, ha dejado de interesarnos. Vemos cómo se habla del clima y la descarbonización, pensamos que se está avanzando, pero la verdad es que lo hacemos a un ritmo muy lento para un país que será uno de los más afectados por el cambio climático.

Las alianzas público-privadas y la cooperación internacional son claves, porque sabemos que Chile tiene recursos limitados y que el medio ambiente no está entre las principales preocupaciones de la ciudadanía, debido a la contingencia social y económica. Si no solucionamos el escenario climático, al 2030, todas esas prioridades poco importarán porque será demasiado tarde. Estamos tan inmersos en lo inmediato, atribuimos olas de calor y fenómenos extremos a la naturaleza, pensamos que todo seguirá igual y que alguien más lo resolverá por nosotros.

“Chile tiene recursos limitados y el medio ambiente no está entre las principales preocupaciones de la ciudadanía” 

Tenemos tecnologías que pueden cambiar la matriz eléctrica de Chile y alcanzar un récord de 95% renovable sin problemas. Pero, ¿cómo lo hacemos si la gran brecha es siempre hablar del costo y un cambio no está exento de una inversión importante? Podríamos descarbonizar la matriz térmica de muchas industrias, sin embargo, al intentarlo chocan con los costos naturales de innovar en producción, maquinaria y mano de obra, y el interés decae.

Alemania y Chile lideraron uno de los resultados más importantes de la COP27, la creación de un fondo para países afectados por el cambio climático financiado por países desarrollados. Alemania además está invirtiendo fuera del pais para descarbonizar su matriz y un potencial aliado es Chile. Apoyarnos en aliados estratégicos será el camino que nos acorte la ruta hacia una solución sostenible.

 

Publicado por Diario Financiero el viernes 25 de noviembre de 2022