16 de mayo de 2025

Si bien las baterías de sodio ganan terreno por su menor costo y mayor abundancia, especialistas aseguran que el litio mantiene ventajas clave en aplicaciones esenciales. En exclusiva con InfoMINERÍA, coinciden en que su protagonismo no corre riesgo por el momento.
El anuncio de baterías de sodio por parte de fabricantes como CATL, el mayor productor de baterías del mundo, provocó expectativas y especulaciones sobre un posible reemplazo del litio en la carrera de la transición energética.

La masificación del sodio, un material más abundante y barato, plantea interrogantes sobre el rol que jugará el litio en el futuro, especialmente en países productores como Chile.

En este contexto, la atención volvió a centrarse en la tecnología e instaló la pregunta de si, a medida que las baterías de sodio avanzan, podrían reemplazar efectivamente al litio, qué ventajas ofrecen y dónde están sus límites.

Cuatro especialistas conversaron en exclusiva con InfoMINERIA y coincidieron en que el sodio no reemplazará al litio, al menos en el corto y mediano plazo. Si bien destacaron su potencial, recalcaron que ambos recursos apuntan a aplicaciones distintas.

Eduardo Bitran: “No veo posible que se prescinda del litio”
Eduardo Bitrán, director de Codelco y académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, afirmó que “las baterías de litio tienen el doble de densidad energética que las de sodio, lo que implica mayor autonomía, menos peso y volumen, y también tienen menor tiempo de carga”.

Junto a esto, el especialista apuntó que el litio lleva años de ventaja en investigación y desarrollo. “Las baterías de sodio pueden tener una ventaja en usos estacionarios, en los que peso y volumen no son críticos. No veo posible que se prescinda del litio, que mantendrá ventajas en el segmento de vehículos livianos”, sostuvo.

El también ex vicepresidente ejecutivo de Corfo apuntó a otros motivos en el desincentivo para concretar los proyectos de BYD y Tsingshan en Chile. Para él, el surgimiento de baterías de sodio no explica el retiro de ambas compañías.

“No lo creo. El hecho de que el contrato del Estado de Chile con SQM expirara en 2030 debería haber sido un factor fundamental para desincentivar el desarrollo de estos proyectos”, afirmó.

A esa limitación contractual se suma un escenario global menos favorable: “La escasez de litio se ha reducido en el corto plazo y los precios han caído sustancialmente, lo que también debe haber influido, ya que el principal valor del contrato era asegurar el abastecimiento a largo plazo”, explicó.

Frente a este contexto, el economista ve bastante posible la cancelación de los proyectos, aunque abrió la puerta a posibles alternativas. “Si no se extiende el horizonte del contrato, es difícil que se retomen”, aseguró.

Como opción, planteó que las empresas interesadas podrían explorar nuevos mecanismos de acceso al litio chileno: “Una opción es que postulen al contrato con Albemarle, que expira en 2043”, sugirió.

Cámara Internacional del Litio ve al sodio como opción más barata y abundante, pero con menor capacidad y durabilidad
Para Pamela Goicovich, presidenta de la Cámara Internacional del Litio (CIL), el «oro blanco» sigue siendo un componente clave para el desarrollo de la electromovilidad.

“No por ahora”, respondió tajante ante la posibilidad de que el sodio reemplace al litio en el corto y mediano plazo. Explicó que, si bien estas nuevas baterías ofrecen ventajas como menor costo y mayor disponibilidad de materias primas, aún presentan una menor capacidad y vida útil en comparación con las de litio.

“Por eso, el litio seguirá siendo muy importante en autos eléctricos y sistemas exigentes por varios años más”, aseguró. De todos modos, Goicovich apuntó que no existe una solución única: “La estrategia técnica requiere que haya diversidad de especificaciones para cada aplicación; las baterías para electromovilidad y las de escala industrial tienen prestaciones muy diferentes”, explicó.

Respecto a si la irrupción del sodio podría haber influido en la decisión de BYD y Tsingshan de frenar sus proyectos de fabricación de baterías de litio en Chile, la representante se mostró cauta. “Es posible, pero no sería la única razón”, planteó.

A su juicio, la salida podría responder también a otros factores como las condiciones del mercado, cambios en los costos o la falta de claridad regulatoria del país. “La entrada del sodio es un factor más, pero no el único”, afirmó.

De hecho, trajo a colación que la discusión dio un giro cuando “el embajador de China en Chile desmintió todo y dijo que el proyecto sigue en pie”.

Para Hermann González (Clapes UC), las baterías de litio son esenciales para vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos
Para el coordinador macroeconómico del centro de investigación Clapes UC y socio de Valtin Consulting, aún es temprano para hablar de una eventual “prescindencia” de este recurso estratégico.

“Por ahora, las baterías de sodio pueden reemplazar a las de litio en algunas funciones, principalmente relacionadas con almacenamiento a gran escala, pero no aún en vehículos eléctricos o dispositivos como teléfonos celulares o computadores”, sostuvo el economista.

Aun así, reconoció que esta tecnología “avanza rápido” y podría convertirse en un competidor más directo si mejora su densidad energética y escala de producción.

Consultado sobre si el avance de esta alternativa influyó en la decisión de BYD y Tsingshan de desistir de sus proyectos para fabricar baterías en Chile, el experto planteó una lectura más amplia. “No veo que la opción de las baterías de sodio haya sido un factor crítico, pero sí podría incluirse dentro de los cambios en las condiciones de mercado, junto con la caída en el precio del litio y los desarrollos de sustitutos”, señaló.

Para el analista, el interés chino por el litio permanece, aunque eso no garantiza que se reactiven iniciativas industriales en el norte de Chile. “Fabricar baterías en nuestro país requiere condiciones especiales para contrarrestar la lejanía de las cadenas globales de producción”, dijo, y aseguró que, sin ventajas de costos, trámites rápidos, permisos expeditos, etc., simplemente no es viable.

Agregó que Chile aún debe cerrar brechas significativas en infraestructura, conocimiento técnico e inversión tecnológica para que una industria de baterías sea realmente competitiva a nivel internacional.

Sobre las recientes declaraciones de la embajada de China, el especialista las interpretó como un gesto diplomático, previo a la visita del presidente Gabriel Boric al gigante asiático. “Más allá de que estos dos grandes proyectos no hayan prosperado, se mantiene el interés por los materiales críticos para la transición energética que produce Chile”, dijo.

Patricio Faúndez (GEM Mining) apunta a que el litio mantendrá protagonismo en un mercado de baterías más diverso
El Country Manager de la consultora minera GEM Mining Consulting en Singapur, Patricio Faúndez, señaló que el temor a que el litio pierda protagonismo remite a un episodio crítico: “La posibilidad de que el litio pierda relevancia siempre evoca un fantasma del pasado: la crisis del salitre”.

Sin embargo, aclaró que “los contextos son muy distintos”. Detalló que, mientras el mercado del salitre era frágil, el del litio “avanza hacia una competencia casi perfecta, con múltiples actores e incentivos para innovar, no para sustituirlo”.

Si bien reconoce que las baterías de sodio han avanzado, Faúndez es claro: “El litio sigue siendo el mejor elemento en términos de densidad energética por peso”, a lo que se suma una industria con infraestructura madura, economías de escala y una cadena de valor ampliamente consolidada.

A su parecer, más que un reemplazo, lo que veremos es una “diversificación creciente del mercado de baterías”, con tecnologías que coexisten y se especializan según la aplicación.

Respecto al desistimiento de las empresas automotrices, apuntó a que “las motivaciones más inmediatas parecen haber sido la complejidad del sistema de permisos en Chile y el cambio estructural del mercado del litio”. Aun así, reconoce que el avance del sodio pudo haber influido. “Será clave observar cómo y dónde BYD decide invertir en los próximos meses”, afirmó.

Sobre la posibilidad de que se retomen los proyectos en la región de Antofagasta, Faúndez advirtió, en alusión al “oro blanco”, que “ser el segundo productor mundial no es suficiente”. Recordó, además, que el litio representa apenas el 5 % del peso de una batería y que Chile debe importar otros insumos esenciales como níquel, cobalto y grafito.

“Los precios preferentes ofrecidos a través de CORFO parecen no ser suficientes por sí solos”, señaló, y llamó a pensar en nuevos incentivos, mejoras en infraestructura, formación de talento y, sobre todo, en la simplificación del sistema de permisos. “Será clave si queremos que estos proyectos no solo se reactiven, sino que prosperen y generen valor agregado local”, planteó.

Las declaraciones de la embajada del gigante asiático las interpretó como parte de una estrategia mayor: “China ve a América Latina como un espacio clave no solo para abastecerse de recursos estratégicos, sino también para proyectar influencia geopolítica”.

De todos modos, hizo una crítica: “Quizás habría sido más prudente por parte de nuestras autoridades coordinar una posición conjunta antes de que el asunto escalara a los medios”.