El referente del Center for Energy Transition (Chile)Carlos Silva, abrió el streaming, “Vaca Muerta, nexo para la Integración Energética” organizado por Mejor Energía. Consideró que el gas y las energías renovables son dos fuentes prioritarias de abastecimiento que permitirían complementar la demanda y la oferta a los dos lados de la Cordillera de los Andes.

“Tenemos sistemas que se han desarrollado de forma bastante distinta. Por ejemplo, alcanza con ver el nivel de oferta de gas natural que tiene Argentina y las reservas que tiene. Compararlo con la situación en Chile, donde prácticamente no tenemos ningún tipo de reserva y muy, muy poca producción. Entonces, ahí uno ve una complementariedad que va a dar paso, sin duda, a una integración”, sostuvo Silva, especialista en eficiencia energética, micro y macroeconomía y sistemas eléctricos, del organismo parte de la Universidad Adolfo Ibáñez. 

“Oportunidades hay, y está un poco en nosotros poder aprovecharlas”, dijo en el diálogo con Fernando Castro, director de Mejor Energía.

“Tenemos clarísimas oportunidades. Hoy en día, por ejemplo, tenemos mucha energía solar y mucho potencial de instalar más energía solar, pero simplemente ya no tenemos la demanda suficiente para poder colocarla (en Chile). Y eso podría subsanarse a través de un proceso de integración con nuestro vecino. ¿Y qué mejor vecino quiere que la gente diga a este aspecto?”, afirmó respecto a la complementariedad con Argentina.

En esa líneasostuvo que hay modelos europeos que también pueden dar ejemplos respecto de esa posible complementariedad: “Vemos también la experiencia de los países europeos, que han avanzado fuertemente en las transiciones energéticas, complementando demanda y oferta de su producción de renovables. De manera aislada, es muy difícil que resolvamos los temas de transición energética”.

Al mismo tiempo, se refirió a cierto historial de incumplimientos en el suministro desde el lado argentino en otros momentos históricos.

“Creo que estamos recogiendo lo que hemos aprendido en los intentos, algunos de ellos que podrían ser considerados fallidos; pero recogemos esas lecciones y miramos hacia adelante con optimismo, viendo las oportunidades que trae la integración y además que tenemos toda esta infraestructura disponible, con gasoductos que ya están”, evaluó.

Al mismo tiempo, señaló que “la integración que podamos realizar con Argentina en términos de gas o electricidad siempre es un complementario de la producción que tenemos aquí localmente de energía eléctrica con fuentes renovables”.

Ante una pregunta, el especialista del campo académico se refirió al contexto de incumplimientos en los primeros años 2000, con Argentina dejando de enviar gas al vecino país: “Tenemos que ser muy conscientes de la historia reciente para entender estas sensibilidades. En Chile se invirtió bastante, se hicieron gasoductos, se transformó la industria, se hicieron 10 ciclos combinados para utilizar ese gas. Y como bien sabemos, en el año 2004 se empezaron a profundizar los cortes para finalmente dejar de recibir gas desde Argentina. Y eso significó unos 20.000 millones de dólares por uso de tecnologías menos eficientes”.

“Sabemos que no tenemos que depender, yo creo que nunca es sano, sobre todo en estos pasos iniciales de integración, nunca es sano depender completamente del abastecimiento de nadie, no tiene que ver con Argentina, Perú, Bolivia, Brasil. Siempre uno tiene que tener también ciertos medios locales o alternativos para proveer servicios. Esas son ciertas lecciones que hemos tomado. Yo creo que estamos listos para tomar nuevos pasos en ese proceso de integración”.

 

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